17 octubre, 2014 - No Comments!

Instantáneas

Feliz Año Nuevo

Se acabó el 2014.

Por lo menos en publicidad, los grandes proyectos que veremos en la calle durante los próximos tres meses, ya están cotizados, anticipados y producidos. Con una o dos cardiacas excepciones, nadie cerrará algo en lo que no esté trabajando.

Nosotros, como la mayoría, empezamos el año sin saber qué sería lo mejor que nos pasaría. Nos dijimos que queríamos trabajar con clientes nuevos (más grandes o más interesantes), que queríamos superarnos a nosotros mismos, que quizá crecería nuestro equipo y hoy, que ya es válido empezar a pensar en Navidad, también toca empezar a evaluar qué de esto logramos.

Los equipos como el nuestro, que se dedican a crear, aspiran a dos grandes objetivos. El primero es pasarla bien en el día a día.

Muchos de los diseñadores, redactores e híbridos que trabajan en publicidad, lo hacen porque les apasiona su arte y aunque con frecuencia se encuentran trabajando para clientes y proyectos vacíos, cada cierto tiempo se enfrentan a retos para los que da gusto hacer algo relevante. En este sentido, creo que ha sido un buen año. Conocimos gente nueva, pero sobre todo nos reencontramos con viejos amigos. Llegaron algunas personas a hacer sus prácticas pero terminamos el año con el mismo equipo de planta que empezó. Nos conocimos mejor, compartimos más cosas, unos mejoraron sus condiciones de trabajo y todos aprendimos algo. Hoy nos tenemos más confianza, sabemos qué esperar de los demás y creo que, como marcaba el objetivo, nos hemos divertido bastante. En cuestión de fiesta, aún falta la posada, así que podríamos suponer que lo mejor está por llegar.

El segundo objetivo es más complejo y depende de factores más allá de la actitud. El segundo objetivo es elevar el nivel de lo que haces. Entre otras cosas, esto se da con el tiempo y cada año que pasa confirmo que la paciencia es fundamental. Pero volverse mejor en algo y destacar más allá del entorno inmediato no se logra esperando, sino que se consigue cuando se reúnen varios factores.

El primero quizá sea estar consciente de dónde estás parado y tener claro a dónde aspiras a llegar. El segundo tiene qué ver con la práctica. acertar en unas ocasiones y fallar en otras, pero mientras m pasa voy con sea estar consciente de dónde estás parado y tener claro a dónde aspiras a llegar. El segundo tiene qué ver con la práctica. Resolver el mismo problema varias veces implica acertar en unas ocasiones y fallar en otras, pero mientras más consciente te vuelvas del proceso, más probable es que puedas capitalizar la experiencia. Otro factor es la formación y creo que en esto fallamos. En muchos casos, el ego que acompaña saberse capaz de crear algo nos ciega a la posibilidad de aprender a hacerlo mejor mediante programas académicos, cursos y talleres.

Finalmente, y aunque no me gusta admitirlo, creo que la suerte juega un papel importante. Puedes tener una gran idea, que tu cliente valore pero para la que no haya suficiente presupuesto. O bien, el dinero puede no ser un obstáculo, pero a tu cliente le da miedo intentarlo. O lo que nos pasó a nosotros recientemente: el cliente nos pidió ser ambiciosos, llegamos a una propuesta que nos emocionaba, el presupuesto ya estaba asignado y la persona responsable de autorizarlo estaba encantada. Creímos que cerraríamos el año con un proyecto para el recuerdo, pero justamente antes de firmar la orden de compra, la persona fue despedida y todo se vino abajo.

Después de algunos años en este medio, de perder muchos y pitches y ganar otros tantos, de escribir y presentar ideas que vienen y van según la marea de los departamentos de marketing, hoy creo más que nunca que cuando vemos una buena idea ejecutada con éxito en la calle, todos los que trabajamos en publicidad deberíamos quitarnos el sombrero, ponernos de pie y aplaudir emocionados porque los filtros que existen para que un esfuerzo de comunicación comercial sea honesto, ingenioso, oportuno y relevante son poco menos que infinitos. Y son precisamente los proyectos de este tipo los que elevan el nivel de lo que haces.

Hoy creo que la frase de Edison no podría ser más cierta. Hoy estoy convencido de que para bien o para mal, los esfuerzos que las marcas hacen para comunicarse tienen que ver más con otros criterios que con la calidad de la idea detrás: Si el cliente tiene objetivos claros, si conoce el mercado, si está más preocupado por lo que hace su competencia que por distinguirse de los demás, si el responsable del proyecto está tratando de quedar bien con su jefe, si hay un proveedor que soborna al cliente a cambio de trabajo… Son tantos los obstáculos que juegan para que el público en general se encuentre con una buena idea, que cuando nos encontramos una debemos emocionarnos.

Pronto empieza un nuevo año, y con él, la oportunidad de jugársela por uno de estos proyectos nuevamente. Uno de estos a los que le pones cabeza, sudor, corazón y hasta dinero de tu bolsa. De estos que son tan difíciles de concretar, pero que una vez realizados, te dejan un escalón más arriba y tres rayitas más realizado. Todavía no empieza el 2015, pero ya me lo estoy saboreando.

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Joel Gutiérrez 

Twitter: @thewowisnow

Instagram: thewowisnow

 

Published by: YuJo! Creatividad Aplicada in Sin categoría

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