27 junio, 2018 - No Comments!

La Opinión Que No Pediste | Carmen, se me pedió el senderito

Siempre pensé que el crecimiento personal o emocional de las personas era paralelo al crecimiento biológico. Me imaginaba un senderito que recorres a lo largo de tu vida, siempre constante y siempre hacia adelante. Bueno, pues no pude haber estado más equivocada.

Si hay algo más fácil que subir de peso, es entregarnos sin titubear a los brazos de la rutina y a su fiel amada zona de confort. ¿Y para qué nos saldríamos de aquí si tenemos esta increíble sensación de seguridad, como bebés recién arropados y calientitos? No estoy diciendo que esté mal, los seres humanos estamos siempre en búsqueda de la tan anhelada estabilidad, y qué bonito es cuando por fin está en nuestras manos.

Lo bueno —o malo—  de vivir en un planeta con otras más de 7 mil miles de millones de personas, es que estamos expuestos y vulnerables a las decisiones de los demás, y no lo podemos evitar. Vivimos a la merced de otros que no conocemos, pero caminamos las mismas calles. Nos pasa, entonces, que un accidente, una decisión o una persona, toca nuestra vida y nos cambia un poco. Con suerte, nos cambia mucho. Pero con muchísima suerte, nos manda al carajo, tira al piso nuestros esquemas y nos hace cuestionarnos y replantearnos quiénes somos. ¡Hasta nunqui, Mamá Estabilidad!

Hace varios meses, me tocó uno de esos golpes de suerte que me puso todo patas pa’rriba. Una montaña se deslavó sobre el senderito que recorría, y no me quedó otra que poner conos para tráfico al lado de una señal amarilla que decía “camino cerrado”. Sin sentirme muy afortunada, decidí abrirme un camino nuevo. Al principio no fue fácil, ni cerca. Es más, fue todo lo contrario, de lo más difícil que he hecho. Pero después de mucho tropezarse, una va haciéndose más inteligente y más valiente. Con el tiempo, te van cayendo unos veintes que parecen doscientos, y vas perdiéndole el miedo a las cosas.

Conocerte, tachar bullets de tu bucketlist, pasar tiempo de calidad con gente que quieres y te quiere, hacer cosas que te dan miedo, o que simplemente no habías hecho antes, son las herramientas que recomiendo para retomar el camino. Honestamente, no sé más que cualquier otro adulto joven de 25 años con más crisis existenciales que económicas. No tengo nada que me avale ni que me respalde, pero no importa, les comparto mis tips porque tal vez le sirva a alguien si en algún momento de su vida se ve a la deriva, como yo.

Cómo construir de nuevo el mentado senderito:

 

¡Gracias por leerme!

Rocío Valdez

Instagram: @rocio.vv

Published by: abril in Creatividad, Errare humanum est, yujo!

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