Supongamos que entras a una librería, en donde miles de libros sobre los estantes reclaman tu atención. Sin embargo, hay un título que destaca por su sobriedad en un mar de portadas llamativas: Damn Good Advice (for people with talent).
En ese título encontramos muchas palabras que levantarían la sospecha de cualquiera. Sin embargo, si se va acompañado de Yuca, diría algo así como “¡Ándale, wey!”, y terminarás por leer el libro. Por este motivo, me gustaría compartirles algunos de los puntos que más me llamaron la atención de esta lectura.
George Lois
Se podría decir que Lois es un tipo que nos incita a no seguir las reglas. Persigue ardientemente sus ideas, que muchas de las veces se anteponen a lo establecido. Su trabajo nace del instinto, siempre en búsqueda de lo que denomina “la gran idea”, o colocar las virtudes de un producto en el corazón y cerebro del observador. Aunque puedan haber ciertos paralelismos, odia cualquier comparación con Don Draper, particularmente en el aspecto físico: dice que él está más guapo.
Una buena creatividad comunica en un nanosegundo
No es ningún secreto que una idea simple y memorable es el primer paso para una excelente publicidad. Sin embargo, basta salir a la calle y observar algún espectacular para darnos cuenta de que este principio es la excepción y no la norma. Alguna vez había escuchado que si no puedes explicar tu idea en menos de 5 minutos, lo que se tiene es un buen verbo que servirá con algunos clientes, pero que definitivamente no garantiza un lugar en eso que llamamos buena publicidad.
No escuchar música cuando se busca la gran idea
Escuchar música durante el trabajo es una buena prestación laboral —específicamente cuando se hace una tarea rutinaria que no requiere mayor atención—. Sin embargo, según Lois, se puede convertir en un obstáculo a la hora de estar en búsqueda de la gran idea, ya que tu canción favorita te puede abrazar y llevar a otros lugares en los que probablemente no deberías estar.
Buscar inspiración
El trabajo creativo requiere hacer uso de cualquier elemento visto, leído o escuchado, por lo que se hace imperativo estar en una fase continua de asombro y apertura hacia aquellas cosas que pueden dar pie a una buena idea. En este caso, el señor Lois nos recomienda asistir al museo local en búsqueda de inspiración. Esto viene de un neoyorkino que puede ir al Museo Metropolitano religiosamente cada domingo. ¿Alguien sabe qué están exponiendo en el MAZ?
Estar ahí
Las oportunidades aparecen cuando menos se esperan, y se debe estar en el lugar y momento correcto para tomarlas. Es así como Lois nos narra cuando Quaker Oats, establecida en Chicago y que contaba con la regla de trabajar con locales, lo contactó para ser su nueva agencia. Al recibir la llamada en la que se les informaba que no serían elegidos por la distancia, Lois y sus socios tomaron el primer avión a Chicago y llegaron justo cuando los directivos regresaban de comer. Así, Lois les demostró que los 1,300 kilómetros no eran un obstáculo, y que se debe hacer que las cosas ocurran e impresionar a los clientes no sólo con el trabajo, sino también con la actitud.
Encontrar a el/la adecuada
Encontrar a la persona ideal puede ser una idea relegada a los guiones de Hollywood. Quien haya estado en una relación, friendzoneado o cualquier estado sentimental, sabe que el amor es un tema que debe tratarse con un traje a prueba de radioactividad. Sin embargo, Lois nos cuenta que desde que vio a su esposa Rosemary, supo que había encontrado su fuente de inspiración en la vida y su trabajo. Si alguien conoce a una chica que aún crea en esas cosas, sean amables y pásenme su Tinder.
Chillax
Quizá esto parezca un consejo impreso y reimpreso en un libro de superación personal, pero Lois nos recomienda trabajar con pasión y una sonrisa en el rostro. Particularmente en la industria creativa, en donde las cosas deben fluir con el mínimo de ansiedad. Para Lois, aunque a veces las circunstancias no sean las más favorables, aún se puede decidir qué clase de trabajo quiere uno hacer —"nadie te puede detener de llegar a tu felicidad".
Dar consejos en el terreno creativo puede levantar suspicacias y, como cualquier otro libro, la experiencia y el momento de la vida de cada uno decidirá qué cosas tomar y qué dejar en el camino.
Si se llegan a encontrar este volumen, vale la pena revisar la cartera, y si el presupuesto lo permite, pasar a la caja a pagarlo. O si adoptamos la actitud de George Lois, lo guardamos discretamente bajo el brazo y nos dirigimos rumbo a la salida con la esperanza de que el detector no suene.
Ustedes deciden.
George Lois
Damn Good Advice (for people with talent!)
Phaidon, 2012
Gustavo “Bebocho” Ramírez
gustavo@yujo.com.mx