Si no te gusta lo que dicen, cambia la conversación
Don Draper
Esa máxima ha sido el eje central y punto de cambio en muchos capítulos de Mad Men. Pero esta entrada no es para hablar (otra vez) de esta serie que usó la publicidad como el pretexto para hablar de toda una época, y, de paso, la condición humana. Hoy vamos a hablar del feminismo en la publicidad, chiquitines.
Seguramente muchos han notado que, de un tiempo a la fecha, estamos permeados de discurso feminista. Lo vemos en artículos que hablan de Mad Max: Fury Road; en programas de lecturas enfocados a libros escritos por mujeres; en mesas de discusión en las que se habla de oportunidades de trabajo y diferencias de sueldos entre hombres y mujeres; en leyes que hablan del aborto como derecho o el acoso sexual como delito; y, sobre todo, en columnas de opinión que van desde el desfartunado "yo no necesito al feminismo" a otras que nos recuerdan que los derechos ganados para unas no son los aplicados para todas.
Y también, hay feminismo en las marcas.
Por ahí en mi Newsfeed, alguien dijo que si un tema ya está en la publicidad que nos rodea, es porque ya perdió vigencia. Negar que estamos en medio de un auge renovado del tema de los derechos de la mujer (mujer de nacimiento o mujer por decisión) es fingir que vivimos debajo de una roca, porque más de uno -metido en publicidad o no- se ha sorprendido cuando se dio cuenta que su marca favorita ya no hablaba sólo de lo bonito que es ser hombre (blanco, heterosexual, de clase media).
Actrices, cantantes, compositoras, escritoras, políticas y, sobre todo personajes de la cultura popular de ahora, son las que comenzaron a cambiar la conversación. Se crean personajes como Skylar, Peggy Olson o Furiosa; series como Girls, Black Orphan o The good wife; hablan famosas como Emma Watson, Taylor Swift o Nicki Minaj; lo mencionan, analizan, promueven y comparten hasta el cansancio sitios como Buzzfeed, The Daily What y 9GAG. Un consejo de la ex Hermionie en Twitter se gana miles de retuits. Una frase de empoderamiento femenino le gana millones de posibles ventas a Swift -que antes era conocida porque tenía muchos novios y era prácticamente un meme-. Una lista de "Las 10 frases más feminista de Beyoncé" se traduce en un número infinito de clicks para cualquier página web. El resultado es éxito inmediato. ¿Por qué una marca no adoptaría este discurso para sus campañas?
Dove ha sido una de las que más lo han explotado. Desde su campaña "Real beauty", lanzada en 2004, ha hecho prints, comerciales y videos que son capaces de arrancar una lágrima o caer en lo cursi. Pero una cosa es cierta: sabe cómo hacerlo. Uno de sus esfuerzos más sencillos, poderosos y menos manipuladores puede ser este:
¿Quién no se puede identificar con este claim?
Luego, más se subieron al tren -como dicen los chavos ahora-, con mensajes aún más fuertes. Para ejemplo, Always, que además creó un hashtag para que más personas aportaran a la conversación:
Lo más impresionante no ha sido que haya otros que quieran sumarse, intención legítima o no -feminista, no de ventas o posicionamiento-, sino que los que eran conocidos por su contenido sexista -"es divertido porque es cierto"- han iniciado un cambio en su actitud, pero sin explicaciones a nadie ni un viaje de autodescubrimiento de por medio.
Hablo, por supuesto, del papá de todos: Axe. Dejó su larga reputación de loción atrapa-chicas que tiene desde los años 90 -Aída no sabe de qué hablo, porque apenas abría sus ojos en esa década- para ser un promotor del MAKE LOVE, NOT WAR:
Con agradecimiento especial al creativo que le dio el toque final y evitó que se interpretara como "Los que no cogen son los que hacen las guerras".
También Vicky Form, una marca de lencería que cuando la revista Eres fue relevante tuvo anuncios que decían "Paradas continuas" junto a la imagen de las nalgas de una mujer -asumo- que vestía unas pequeñísimas pantaletas blancas. El año pasado, en redes sociales nos encontramos con esto:
Si no quieren darse un encontronazo con la realidad, no visiten su Facebook, porque ya no hay rastro de este esfuerzo.
Finalmente, también Tecate dejó de jugar (al menos durante un instante, pues) a que las mujeres son buffet y se puso a pensar en una buena campaña en donde pueden hablar de futbol SIN tener que ser condescendientes con las féminas:
Podemos poner en duda las verdaderas intenciones detrás de cada marca. Señalar con el dedo y admitir que muchas de ellas son sólo un cambio superficial de conversación, no uno de raíz en sus lugares de trabajo. Habrá que investigar si en Unilever el trato es igualitario, si Cuauhtémoc-Moctezuma se preocupa por evitar prácticas sexistas en sus plantas o si en Vicky Form respetan a todos sus clientes, incluso si no son modelos de revista que quieren jugar a "las manos calientes".
Pero no se trata de eso. ¿El feminismo es un tren del mame al que todos quieren subirse? ¡Por favor: adelante! Si hay uno en donde debe haber asientos para todos, que éste sea el primero, porque aunque en principio haya gente que no sepa bien de qué se habla, al menos ya es parte del vocabulario de los que antes veíamos los derechos de las mujeres como un capricho alimentado por el síndrome premenstrual.
¿Qué manera más masiva y absoluta de esparcir un tema que debe profundizarse? Si no es con la publicidad, no sé con cuál otra.
Celebro que el comentario aquel de que si un tema ya está en la publicidad que nos rodea, es porque ya perdió vigencia sea una maldita falacia.
Como el amor.
Abril Ambriz Posas
Twitter: @ladyprovolone
Tumblr: ladyprovolone
Instagram: @ladyprovolone