Hace unos días tuve la oportunidad de asistir a una mesa de diálogo organizada por EmergeMx bajo la temática “La nueva aula de diseño”, a la cual invitaron exclusivamente a 5 “jóvenes” profesores que actualmente imparten la licenciatura de diseño industrial en Jalisco.
Por ser profesor, y sentirme con la obligación de mejorar la manera en que imparto mi clase Diseño Estratégico IV, me llamó la atención el tema que se veía prometedor e interesante pero, sobre todo, útil.
Con poco tiempo de haber empezado el evento me percaté que el tema central no estaba tan claro. Algunas respuestas, preguntas de asistentes y comentarios que escuchaba me dejaban de WTF?, y no, me mal interpreten, la intención del evento me parece excelente. Desafortunadamente, tanto los panelistas como el moderador olvidaron por mucho rato la finalidad del mismo. Todo lo interesante se había diluido con una charla cualquiera de bar; la mayoría comentó sin dar ideas claras y mucho menos un ideal. De hecho, no se habló del aula hasta casi el final y porque un maestro les recordó: “Está muy bien lo que dicen, pero me gustaría escuchar cuáles son sus propuestas de la nueva aula de diseño.”
El panel, asombrado, decía que era muy buena pregunta, mientras yo pensaba que por fin escucharíamos esas propuestas. Para mi sorpresa, la nueva aula era sólo una clase buena onda y desenfadada, aunque con poco aprendizaje. Los comentarios variaron entre opiniones y experiencias propias, incluido un osado decía tener La Respuesta, aunque para mí el mejor fue quien simplemente, y ante poco tiempo, prefirió no contestar.
Como quien dice, no se dijo nada.
Al término del evento tenía muchas ganas de debatir y sugerir mejoras; malamente me sentía como cuando pasas a la “secu” y ves a los de primaria como bebés. Después de todo, 8 años como docente me han dejado muchas lecciones que compartir. El timbre ya sonó, vamos tarde y corriendo, además no traigo manzana pero sí un lápiz y un cuaderno; las ganas nos sobran, y sin importar la edad, todos —tarde o temprano— aprendemos unos de otros.
Maestros, yo sí hice mi tarea. Acá les dejo un poco de lo que pienso podría ser, entre muchas cosas más, “la nueva aula de diseño”:
- Pensamiento crítico. A mi parecer, uno de los pilares más importantes en la educación del diseñador es el por y para qué, el objetivo no sólo del proceso de diseño si no de un mismo producto ya terminado y en uso. Mejorar es una constante.
- El ego es un arma de doble filo. Es todo un tema a discutir, no se da por hecho, hay que entenderlo y manejarlo con consciencia y madurez.
- La clase posee la libertad de generar sus propias reglas en conjunto (alumnos y maestro) con la finalidad de mantener un orden y aprovechamiento del tiempo y el aprendizaje.
- El error como método. Hay miles de métodos, pero pocos privilegian al error como resultado de un problema de diseño. Es un motor que, lejos de marcar un alto, deberá incitar a seguir.
- Trabajo en equipo: enseñar cómo colaborar, desde la selección de talentos hasta la planificación y ejecución del proyecto mismo dará herramientas.
- Igual te enseña un niño que un adulto o un abuelo; las lecciones vienen de todo y de todos. Simplemente hay que invitarlos y recibirlos oportunamente.
- Anhelo tener clases con diferentes profesionistas alrededor del mundo. La tecnología ya nos lo permite desde hace algunos años, pero las instituciones no han logrado desaparecer esos límites del colegio para establecer contacto con diferentes mentes que no necesariamente son profesores, sino profesionistas que ejercen el diseño día con día. Basta con echar un vistazo a lo que hace Skillshare o Domestika y las pocas oportunidades de becas y posibilidades económicas para estudiar en el extranjero.
- No hay “barcos”, sólo personas que queremos aprender.
- No hay banderas. No se trata del TEC, ITESO, UdeG, etc. Se trata del alumno y el profesor, del aprendizaje y las ganas de que evolucione y mejore la carrera, licenciatura o como quieran llamarle.
- Todos recibimos nota; se califica a los alumnos, profesores y directivos bajo un listado de criterios que determinen los involucrados, siempre buscando ser justos, detectando y resolviendo los problemas a tiempo.
- NRDA. Si vamos a debatir, entonces habría que asegurarnos de tener a todos los protagonistas como invitados. Necesitamos estar al menos los alumnos, maestros, directivos e idealmente ex alumnos. Todos y cada uno pueden aportar y exponer nuevos retos e ideas creativas.
Amigos: sumemos opiniones, hagamos escuela.
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