No sé ustedes, pero después de los recientes hechos en México, me aterra pensar que en cualquier momento todo lo que quiero lo podría perder mañana. Y no me refiero a lo material, si no a mis amigos, a mi novio, a mi familia, a mis perros.
Recientemente me tocó vivir una experiencia terrible en la que vi morir una perrita muy querida, y ha sido de lo más triste que me ha pasado en los últimos dos años. Me hizo pensar en el propósito que tenemos en esta vida, y sólo puedo llegar a la conclusión que no nos queda más que disfrutar estos momentos que tenemos aquí, hacer lo que nos gusta, convivir con quienes apreciamos, y expresar lo que sentimos. Días después de este suceso, pasa el sismo del 19 de septiembre. Al ver todos los edificios y casas que se derrumbaron, personas que lo perdieron todo y el número de fallecidos, sólo sentí apachurrarse aún más mi corazón.
Afortunadamente la reacción de la gente, todo el apoyo y la organización de ciudadanos para ayudar a los afectados me levanta el ánimo. Me da un sentimiento de alivio saber que, aunque pasen circunstancias difíciles, siempre habrá alguien que te auxilie en esos momentos. Todos tenemos a esas personas cercanas queridas que son nuestra fortaleza, pero aún en situaciones catastróficas, saber que más de uno va extender su mano para ayudar, me hace tener poquito menos miedo.
Otra reflexión que me queda con todo esto, es que debería de preocuparme menos por el futuro. Soy de esas personas que, como un momazo que anda por ahí dice, ya me estoy preocupando de lo que me voy a preocupar. Todavía ni es una realidad, y ya me da miedo lo que pueda pasar. Así que intento evitarlo y disfrutar más el ahora.
También ha sido un gran recordatorio de cómo debo ser más empática con todo. Es algo que intento diariamente, pero a veces con el rush de las cosas, se me olvida que todos somos diferentes, sentimos diferente y que nos ha tocado vivir diferentes experiencias. Si algo me ha dejado la última temporada de BoJack Horseman*, es que todos (o muchos de nosotros) en algún momento del día escuchamos esa voz interna que nos dice que la estamos cagando, y tal vez sí, pero no deberíamos dejar que nos arruine nuestros días. Sólo tratar de hacer bien lo que sea que hagamos y tener empatía por los demás. Siempre habrá gente mala, abusiva, egoísta, y da mucho coraje, pero no dejemos que eso nos amargue la vida. Me gusta pensar que los buenos somos más y que podemos ser aún mejores cada día.
Por último, quisiera compartirles que en días pasados un amigo psicólogo recomendaba hablar de sus experiencias sobre los hechos recientes en grupo (pueden leer el post de Polo aquí ), con amigos, o desconocidos; llorar, desahogarse, y creo yo, que también para reírse y distraerse. Considero que es importante no sólo ahora, sino todos los días, hablar de lo que sentimos, lo que nos angustia, o lo que nos hace feliz.
NOTA: No olviden seguir ayudando a los damnificados durante los siguientes meses, todos podemos poner nuestro granito de arena. Recordemos también que hay mucha gente que necesita apoyo por diferentes circunstancias. Deseo con todo mi ser que no se rompa esta hermandad que se ha generado, y así como se ha mostrado apoyo en estos días, hagamos lo mismo para otras causas.
Jeka
Instagram: @jekaspita
*La mejor serie de Netflix. N. de la E.