Para desbloquearse
Mientras nuestra creatividad fluye sin problemas andamos muy contentos, pero nunca falta el momento en el que nos topamos con los famosos y muy temidos bloqueos, y ahí ya traemos cara de horror y nos quedamos esperando a que el bloqueo se vaya y nos deje volver a ser felices.
Que fácil sería la vida si pudiéramos esperar la inspiración creativa acostados, pensando en la inmortalidad del cangrejo y de preferencia con unos chocolates al lado (o papas, ya depende del humor). Pero así no es, aunque hay algunos suertudos a los que sí les funciona.
Hay varias técnicas para desbloquear la creatividad, aquí sólo hay unas cuantas que me han ayudado a dejar de pensar en que nada se me ocurre y ponerme a trabajar:
1. Leer
Concentrarte en un libro y ver cómo te lleva a su mundo es una excelente manera de ver la creatividad de alguien más y comenzar a inspirarte. Personalmente, recomiendo a Agatha Christie. Tratar de atinarle a quién mató al pobre diablo del libro siempre te ayuda a ser creativo, aunque al final no le aciertes ni al quién, ni al cómo ni al porqué *__*.
2. Ver películas o series
Aunque no exige tanta creatividad como en el libro, donde tienes que imaginar todo, también funciona porque te envuelve en la historia y al final te deja con una mente despejada para que puedas entrar de lleno a lo que no podías terminar. Hasta los placeres culposos como Pearl Harbor funcionan.
3. Abrir un Pinterest
Muchos creen que es sólo para pasar el tiempo y puede que sí lo parezca, pero dedicarte a pinear por un rato razonable te puede servir de inspiración para solucionar tu bloqueo creativo. Tampoco se vale pasarte el día entero ahí con el pretexto de que “estás desarrollando tu yo creativo”. Además, ahí puedes encontrar opciones para hacer útil casi todo.
4. Sopas de palabras
Tener diferentes recortes de palabras y empezar a armar frases u oraciones con ellas son una de las mejores y más divertidas maneras de quitar el bloqueo. Pueden salir frases muy raras o sin sentido, pero te obligan a ser creativo para mezclar las palabras y después crear una historia con ellas (el ejercicio fue cortesía de Yuca y Joel en su clase).
Alejandra Sevilla Macip
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