Estaba buscando una foto y me encontré con esta joya.
Disculpen si no es la mejor foto o calidad, pero iba en un taxi cuando la tomé.
Ese espectacular lo tienes que ver ahuevo si vas del aeropuerto del DF hacia Reforma, y calculo que la renta debe rondar los 100 mil pesos… u-na jo-ya:
Es una panadería, pues pones un bolillo sobre fondo negro.
Haces una pregunta y, para evitar confusiones, tú mismo la respondes.
El reto de cualquier agencia de publicidad es encontrar la mejor forma de comunicar un mensaje, elegir las palabras, los colores y las formas correctas para llegar a un objetivo.
En este caso, la meta era comunicar que los bolillos de Panificadora Jacarandas son los mejores.
Imaginemos una junta ficticia, en la que Don Jacaranda no sucumbe al la tentación de encargarle el billboard a su sobrino “que le halla a las computadoras” y contrata a una agencia (una buena, no de las que le “hallan a las computadoras”).
INTERIOR. OFICINA DE PANADERÍA. EL ESCRITORIO REBOSANTE DE BOLILLOS, SEMAS, PANQUÉS Y CONCHAS. DON JACARANDA Y DON PUBLICISTA CONVERSAN.
DON JACARANDA: Queremos decir que es el mejor bolillo, porque realmente lo es.
DON PUBLICISTA: ¿Por qué lo es?
DON JACARANDA: La frescura y el sabor es único, hay gente que hace fila desde las 6am.
DON PUBLICISTA: ¿Por qué?
DON JACARANDA: Dejamos reposar la levadura el doble de tiempo; le ponemos música clásica; llevamos 25 años con una receta secreta; el trigo lo seleccionamos nosotros mismos; usamos leña de nogal; la gente dice que les recuerda el pan que comían de niños; es ideal para las tortas; el migajón es súper suavecito...
¿No es más inspirador hablar de por qué son los mejores?
¿No es más bonito contar algo íntimo de la empresa para que te interese ir?
Si te digo que hay gente que madruga todos los días, únicamente para probar ese pan, ¿no te animarías a comprar una pieza?
Pero decidieron poner un bolillo con fondo negro, contestarse la pregunta que ellos mismos nos hicieron y pagar 100 mil pesos al mes.
La obviedad genera dos cosas: tranquilidad momentánea del que va a pagar el anuncio e indiferencia de todos los que lo ven.
Y ustedes, ¿qué otras obviedades se han encontrado?
No somos una agencia de red. No tenemos 75+ años de historia ni oficinas en todo el planeta. No tenemos un ejército de colaboradores ni un presupuesto para festivales. No tenemos CEO, ni Presidente, ni VPs y sin embargo, varias veces al año hacemos cosas geniales.
En una industria donde la red, la historia, las oficinas, el ejército de colaboradores y los títulos nobiliarios le sirven a los responsables de mercadotecnia para sentir que están trabajando con agencias “de verdad”, es difícil ser descubierto y valorado si sólo tienes talento y ganas de hacer las cosas.
Lo he dicho antes y lo seguiré diciendo cada vez más: Ni todas las agencias son para todos los clientes, ni todos los clientes son para todas las agencias. Estoy convencido de que es así, pero a veces es tanto el interés de vincularte con marcas globales que te vuelves ciego ante la perspectiva de engordar tu portafolio con un cliente conocido y en el camino sacrificas demasiado.
Hace tres años empezamos un romance que nunca fue correspondido: invertimos tiempo, dinero y esfuerzo en encantar a quienes desfilaron por el equipo de mercadotecnia de uno de estos gigantes. Participamos en pitches, escribimos conceptos, viajamos para presentarlos, hicimos dummies y en algunas ocasiones, hasta nos contrataron.
En el camino aprendimos a modular la propuesta en función de la cultura organizacional del cliente, ejercitamos la paciencia, entendimos que aún en puestos clave hay quien sólo está calentando la silla y nos resignamos a la idea de que algunas marcas trasnacionales solo se sienten cómodas trabajando con agencias trasnacionales (esas en donde la creatividad se define en Nueva York y cuyo trabajo en México se reduce a traducir). Pero la lección más importante que aprendimos es que no vale la pena apostar todo por un cliente al que no le interesas.
Desde que abrimos hemos visto cómo cada proyecto es una semilla para algo más grande que puede florecer años más tarde y en los lugares menos esperados. También hemos encontrado que cada interacción abona a la idea que el cliente y su equipo tienen de ti como proveedor. Y nos consta que una relación de trabajo puede crecer indefinidamente siempre y cuando haya reciprocidad; siempre y cuando tanto la agencia como el cliente vean en su contraparte a personas capaces de aportar valor a sus respectivos negocios.
Para un equipo tan joven y pequeño como el nuestro, es difícil establecer relaciones de trabajo con clientes grandes en igualdad de condiciones, pero se puede. Y también es posible entender las capacidades y limitaciones de cada parte y construir a partir de las fortalezas con las que nos complementamos. Lo que no se puede es hacer trabajo extraordinario para alguien que no te voltea a ver.
El esfuerzo pasa y desde afuera es fácil decir, ‘qué bien, trabajas con fulano, zutano y mengano’. El portafolio se queda, pero en algunos casos, no vale la pena.
Hace algunos meses terminó este amor platónico y nos sentimos liberados. Ahora tenemos energía y recursos disponibles para otras marcas, otros clientes y otras personas que alcancen a ver a quienes estamos detrás de la campaña; otros equipos que entiendan que levantar la cortina cada mañana es una apuesta por hacer sentido, ayudándoles a hacer su trabajo.
En aquella famosa escena de Volver al Futuro, Marty McFly comenzaba a tocar un nuevo ritmo —o al menos para los de aquella época— que se sentía refrescante. Fue así como presenciamos que los acordes de "Johnny B. Goode" tardaron poco en ser aceptados por el público que comenzaba a mover el cuerpo. Yo experimenté una sensación similar al recibir un correo de mi jefe en el que me mandaba a trabajar a casa. Primero cierto escepticismo para luego mover la cabeza al ritmo de la música.
Las ventajas parecían obvias y a mi parecer se abría un mundo de posibilidades; adiós a despertarse temprano, lidiar con el espeso tráfico matutino, calentar la comida en recipientes plásticos y muchos otros lugares comunes propios del oficinista moderno. A cambio podría trabajar donde y cuando yo quisiera; nada mal.
Sin embargo las cosas no se dieron como esperaba y esos 5 minutos extra en la cama pronto se convirtieron en 15, luego en 30 y luego en una hora. No importaba, me aplicaría arduamente en el trabajo y recuperaría ese tiempo perdido —lógica de procrastinación. Los largos días en pijama daban un dejo de depresión y a veces me cuestionaba si un baño era realmente necesario.
La cultura laboral ha ido cambiando, eso no es ningún secreto, pero muchas oficinas aún se rigen bajo el principio panóptico, donde la arquitectura permite a un sólo guardia observar todas las celdas y así, el prisionero, sin saber si es vigilado o no, se convierte en su propio vigilante. A falta de esto, Netflix se convirtió en mi supervisor —¿Neta sigues viendo esto?— acto seguido me ponía a trabajar.
Si se tiende al romanticismo, ir al Starbucks puede ser una buena respuesta, pero pagar 70 pesos por un café diariamente atenta contra la naturaleza Godínez. Me pueden decir flojo, desorganizado o cualquier otro adjetivo que demuestre falta de control. Pero en mi caso, lo que comenzó como una canción de rock and roll —como en Volver a Futuro— terminó en guitarrazos, haciendo tapping y pateando amplificadores ante la mirada atónita del público.
Aquí es donde entra YuJo!, donde desde un principio me brindaron un espacio para poder dejar la casa, terminar mis labores a tiempo y volver a apreciar el valor del tiempo libre. Lo demás que diga tal vez salga sobrando; la mesa de futbolito es tan divertida como se escucha, a veces pedimos Qin que se tarda más tiempo de lo esperado y batallar por encontrar lugar de estacionamiento se ha convertido en un mantra matutino.
En la escena anteriormente descrita, Marty McFly termina diciendo algo así como, “Tal vez no estén listos para esto, pero a sus hijos les encantará”. Puede que sea cierto, Carlos Slim sugirió la idea de jornadas laborales de 3 días con duración de 11 horas para poder tener más tiempo libre —si uno de los hombres más ricos del mundo lo propone, muy probablemente será realidad en el futuro y no descarto que próximamente muchos trabajos tendrán lugar desde casa. Sin embargo, yo no sé ustedes, pero yo aún necesito el rigor de sentarme en un escritorio, tener pláticas junto al garrafón y esas pequeñas cosas que hacen el laborar más llevadero.
Por último, sirvan estas líneas para agradecer al equipo de Yujo:
Yes: por abrirme la puerta todas las mañanas y ofrecerme fruta picada aunque sabe que mi respuesta siempre será negativa.
Abril: quien cual felino nunca sabrás lo que está ideando detrás de sus gafas de pasta hasta que suelta el zarpazo.
Aída: a quien prometo comprarle una playera pronto y que tú, apreciado lector, también deberías aunque la tauromaquia no sea de mi agrado #lachuchis.
Joel: que me contagia su entusiasmo y quien me enseñó que pedir la especialidad no siempre es lo mejor.
Yuca: por recomendarme buenos restaurantes en el DF - de esos que disparan los niveles de triglicéridos, poner buena música para trabajar y hacer comentarios que siempre te harán reír.
Tito: por dejarme tomar de sus snacks matutinos y hacer dupla conmigo en el futbolito —aunque yo sea el más malo de la nueva oficina.
Alguno de ustedes podrá pensar que se puede ser poco creativo en temas “rígidos”, como la administración.
Les tengo una noticia:
Tomado de Friends of Type
¡Ño es verdad!
Al darse de alta como empresa, muchos eligen el camino fácil para su razón social.
Por ejemplo, el obvio:
Pastas y Harinas de Occidente, S.A. de C.V.
O el descriptivo:
Innovación y Tecnología de Tepatitlán, S. de RL.
O el heredado:
López, Pérez y Asociados, S.A. de C.V.
En este tiempo, me he encontrado con diferentes razones sociales de clientes, proveedores y conocidos, que buscaron hacer algo distinto en un sitio tan cuadrado y que algunos consideran poco importante.
Estos son mis favoritos (hasta ahora). Todos son reales:
En la edición 2014 del CampusParty™ demostramos la función Check-In de la app móvil de PayPal™ mediante el Tattoo Shop. Este año el estand crece y servirá como plataforma para que Gamers® demuestre y venda consolas, accesorios y los mejores títulos del verano con cargo a tu cuenta PayPal. Al igual que en el proyecto del año pasado, haremos mancuerna con Gremio Diseño, talento con oficinas en Guadalajara especialista en diseño industrial y de producto.
En un espacio de 50 metros cuadrados, los 15,000 asistentes a uno de los eventos más grande sobre tecnología a nivel mundial, podrían retarse unos a otros en 4 estaciones de juego y adquirir sus videojuegos favoritos en un carrito de paletas que circulará por el recinto.
¡Ahhh! Los errores: siempre tan presentes en lo cotidiano y tan horribles que son… lo bueno es que siempre se aprende de ellos (sí, cómo no).
Hay errores por olvido, errores por descuido, errores de dedo, errores de registro, errores míos, errores tuyos, hay horrores, errores que matan y muchos otros errores.
Tal vez si tuviera todo el dinero del mundo podría darme el lujo de cometerlos todos y repararlos así: con paquitas de billetes. Pero como no los tengo… *llora*
Mientras era estudiante era muy fácil solucionarlo todo; hasta el Sharpie negro podía cubrir esas imperfecciones causadas por la falta de experiencia. Pero todo avanza y cuando la producción de un cliente depende de ti es muy horrible equivocarte; se rompe el corazón en trocitos. Además, hay que enmendar los daños y el Sharpie ya no sirve más que para escribirte un gran “L” de loser en la frente *vuelve a llorar*
Me ha pasado, amigos, y varias veces. Así que me di a la tarea de buscar una receta mágica para reducir el riesgo de cometer errores. Pero como no la encontré, tomé una cucharada de mi propio chocolate e hice la mía.
Se las comparto a continuación:
1.- Hay que ser conscientes de que cometer errores es de humanos, y ¿qué somos?
*espera respuesta al estilo Dora La Exploradora*
Pero no por eso hay que justificarnos todo el tiempo. Hay que aceptar que los cometimos, pedir disculpas, y, sobre todo, analizar cuál fue la causa. Porque sabiendo cuál fue, es más fácil dejar de cometerla.
2.- Concentrarnos.
Si sabemos que estamos haciendo un proyecto importante, hay que centrar nuestra atención en éso y sólo en éso. Podemos hacer pausas, porque siempre hay otras cosas que hacer. Pero una vez que se retoma ese trabajo hay que recapitular un poco para saber en dónde nos quedamos (muuuy Joel).
3.- Hoy en día hay demasiados distracciones.
Mi mayor amigo-enemigo es Facebook y todos los chats habidos y por haber. Por eso a veces es preciso cerrar o silenciar todas esas ventanas a la perdición. Recuerda que tú eres más fuerte que todas esas cosas del demonio y que no los necesitas para vivir.
4.- Hidrátate.
Si tu cerebro tiene agüita piensa mejor y estarás más despierto. Sólo ten cuidado de no derramar tu bebida sobre tu teclado o ese trabajo manual que llevas varias horas realizando. Y si eres un desmadre, pues cómprate un vasito entrenador o algo anti derrames (looking at you, Yuca)1 🙂
5.- Guarda, siempre guarda…
Pero fíjate muy bien que no estés reescribiendo sobre un archivo que sí necesitabas.
6.- Hay que ser ordenados*.
Sé que hay gente que dice que entre su desorden encuentra su orden, pero ¡no les creo nada! Tener ordenado el espacio de trabajo ayuda a encontrar todo más fácil. Es bueno tirar las cosas que sabemos que ya no nos sirven, así evitamos confusiones. También para esto es bueno tener un buen sistema de nomenclatura para los archivos.
*Aplica en espacio físico y digital.
7.- Revisa, revisa y revisa.
Ya que lo hiciste tú, dile a alguien de confianza que si porfis te lo revisa. Cuando llevamos un rato trabajando en lo mismo, nuestros ojos se acostumbran a verlo, así que es muy fácil que se nos vayan pequeños errorcirijillos o algunos que son tan obvios que se camufla. Si alguien externo lo checa, va a ser más fácil que los detecte.
8.- Por último, respira profundo y calcula el tiempo que necesitas.
La prisa está en mi top 5 de Factores Que Me Hacen Cometer Errores2 (veeeen, no era mi culpa, era de la P prisa). Aun si te queden cinco minutos para entregar, tómalo con calma, rápido, pero con calma.
Algo muy importante, amigos, es no clavarnos en los errores que cometimos. Hay días buenos y días malos, así que hay que ver para adelante y, además de remendar los errores, hay que hacer las cosas cada vez mejor para no quedarnos ‑y que los demás no se queden- con la mala espina que los daños ocasionaron.
Intentemos no tropezar de nuevo, y menos con la misma piedra.
Si no te gusta lo que dicen, cambia la conversación
Don Draper
Esa máxima ha sido el eje central y punto de cambio en muchos capítulos de Mad Men. Pero esta entrada no es para hablar (otra vez) de esta serie que usó la publicidad como el pretexto para hablar de toda una época, y, de paso, la condición humana. Hoy vamos a hablar del feminismo en la publicidad, chiquitines.
Seguramente muchos han notado que, de un tiempo a la fecha, estamos permeados de discurso feminista. Lo vemos en artículos que hablan de Mad Max: Fury Road; en programas de lecturas enfocados a libros escritos por mujeres; en mesas de discusión en las que se habla de oportunidades de trabajo y diferencias de sueldos entre hombres y mujeres; en leyes que hablan del aborto como derecho o el acoso sexual como delito; y, sobre todo, en columnas de opinión que van desde el desfartunado "yo no necesito al feminismo" a otras que nos recuerdan que los derechos ganados para unas no son los aplicados para todas.
Y también, hay feminismo en las marcas.
Por ahí en mi Newsfeed, alguien dijo que si un tema ya está en la publicidad que nos rodea, es porque ya perdió vigencia. Negar que estamos en medio de un auge renovado del tema de los derechos de la mujer (mujer de nacimiento o mujer por decisión) es fingir que vivimos debajo de una roca, porque más de uno -metido en publicidad o no- se ha sorprendido cuando se dio cuenta que su marca favorita ya no hablaba sólo de lo bonito que es ser hombre (blanco, heterosexual, de clase media).
Actrices, cantantes, compositoras, escritoras, políticas y, sobre todo personajes de la cultura popular de ahora, son las que comenzaron a cambiar la conversación. Se crean personajes como Skylar, Peggy Olson o Furiosa; series como Girls, Black Orphan o The good wife; hablan famosas como Emma Watson, Taylor Swift o Nicki Minaj; lo mencionan, analizan, promueven y comparten hasta el cansancio sitios como Buzzfeed, The Daily What y 9GAG. Un consejo de la ex Hermionie en Twitter se gana miles de retuits. Una frase de empoderamiento femenino le gana millones de posibles ventas a Swift -que antes era conocida porque tenía muchos novios y era prácticamente un meme-. Una lista de "Las 10 frases más feminista de Beyoncé" se traduce en un número infinito de clicks para cualquier página web. El resultado es éxito inmediato. ¿Por qué una marca no adoptaría este discurso para sus campañas?
Dove ha sido una de las que más lo han explotado. Desde su campaña "Real beauty", lanzada en 2004, ha hecho prints, comerciales y videos que son capaces de arrancar una lágrima o caer en lo cursi. Pero una cosa es cierta: sabe cómo hacerlo. Uno de sus esfuerzos más sencillos, poderosos y menos manipuladores puede ser este:
¿Quién no se puede identificar con este claim?
Luego, más se subieron al tren -como dicen los chavos ahora-, con mensajes aún más fuertes. Para ejemplo, Always, que además creó un hashtag para que más personas aportaran a la conversación:
Lo más impresionante no ha sido que haya otros que quieran sumarse, intención legítima o no -feminista, no de ventas o posicionamiento-, sino que los que eran conocidos por su contenido sexista -"es divertido porque es cierto"- han iniciado un cambio en su actitud, pero sin explicaciones a nadie ni un viaje de autodescubrimiento de por medio.
Hablo, por supuesto, del papá de todos: Axe. Dejó su larga reputación de loción atrapa-chicas que tiene desde los años 90 -Aída no sabe de qué hablo, porque apenas abría sus ojos en esa década- para ser un promotor del MAKE LOVE, NOT WAR:
Con agradecimiento especial al creativo que le dio el toque final y evitó que se interpretara como "Los que no cogen son los que hacen las guerras".
También Vicky Form, una marca de lencería que cuando la revista Eres fue relevante tuvo anuncios que decían "Paradas continuas" junto a la imagen de las nalgas de una mujer -asumo- que vestía unas pequeñísimas pantaletas blancas. El año pasado, en redes sociales nos encontramos con esto:
Si no quieren darse un encontronazo con la realidad, no visiten su Facebook, porque ya no hay rastro de este esfuerzo.
Finalmente, también Tecate dejó de jugar (al menos durante un instante, pues) a que las mujeres son buffet y se puso a pensar en una buena campaña en donde pueden hablar de futbol SIN tener que ser condescendientes con las féminas:
Podemos poner en duda las verdaderas intenciones detrás de cada marca. Señalar con el dedo y admitir que muchas de ellas son sólo un cambio superficial de conversación, no uno de raíz en sus lugares de trabajo. Habrá que investigar si en Unilever el trato es igualitario, si Cuauhtémoc-Moctezuma se preocupa por evitar prácticas sexistas en sus plantas o si en Vicky Form respetan a todos sus clientes, incluso si no son modelos de revista que quieren jugar a "las manos calientes".
Pero no se trata de eso. ¿El feminismo es un tren del mame al que todos quieren subirse? ¡Por favor: adelante! Si hay uno en donde debe haber asientos para todos, que éste sea el primero, porque aunque en principio haya gente que no sepa bien de qué se habla, al menos ya es parte del vocabulario de los que antes veíamos los derechos de las mujeres como un capricho alimentado por el síndrome premenstrual.
¿Qué manera más masiva y absoluta de esparcir un tema que debe profundizarse? Si no es con la publicidad, no sé con cuál otra.
Celebro que el comentario aquel de que si un tema ya está en la publicidad que nos rodea, es porque ya perdió vigencia sea una maldita falacia.
“No eres tú, Steve Jobs, soy yo. Pero, sobre todo, esta profesión que la hacemos todos.”
— Tito
Ilustración de Rodrigo "Tito" Mercado
A.C. Antes de la Computadora
“If you do it right, it will last forever”
— Massimo Vignelli
Conocemos estos diseños ‘A.C.’ porque aún existen marcas, productos, libros y quizá porque todavía viven algunos de sus mejores exponentes. Si tenemos suerte, un buen blog,de vez en cuando, nos muestra aquellos trabajos que ahora inspiran a las nuevas generaciones.
Lo importante del tema antes de la llegada de la computadora es el proceso de diseño y lo ‘hecho a mano’, que dotaba de valores artísticos a aquellos trabajos. Ahora han desaparecido y pertenecen a una oleada trendy atiborrada de efectos, del uso de elementos de catálogo, de lo que primero se ve “bonito” aunque no comunique un mensaje fielmente y muchas, muchas copias. Makeup - Maquillaje.
Imaginemos diseñar sin el combo Mac + Adobe + Internet y preguntémonos: ¿cuánto podría durar un proyecto?, ¿qué valor económico tendría?, ¿cómo sería su proceso creativo?, ¿qué resultados obtendríamos? Finalmente, ¿cuál sería el valor que le daríamos a nuestro trabajo? A caso, ¿no sería mayor?
Antes, la clave estaba en el proceso que, dotado de múltiples técnicas, métodos y conocimiento teórico-artístico, hacen a los maestros y esos memorables proyectos de diseño. La computadora, fuera del proceso, no limitaba ni decidía y, por ende, no diseñaba.
Lo que nos toca a las nuevas generaciones de diseñadores sería investigar, leer, entender, aplicar, experimentar. (BIS)
Conocer la historia del diseño y su evolución sin duda nos ayuda a aplicar de manera inteligente la tecnología.
En el día a día, leemos quotes, seguimos hashtags, vemos muchas imágenes en redes sociales y hasta nos educamos con ellas. Y si acaso llegáramos a tener interés visitaremos alguna biblioteca, compraremos libros y leeremos.
Lo preocupante del tema precisamente tiene que ver con la falta de ese interés y pasión. Quizá las nuevas generaciones la tengamos, pero dirigida a mantenerse arriba de esa ola trendy que fue creada hace muchos años por los diseñadores ‘A.C’, llámese Paul Rand, Saul Bass, Herb Lubalin, entre otros. A excepción de algunos pocos estudios y diseñadores, no hay mucha evolución del diseño gráfico, repito, sólo muchas, muchas copias.
Reflexionemos: si la tecnología a través de las computadoras, distintos softwares y el Internet nos han ayudado a reducir los tiempos de producción, a entender las necesidades de los targets, su idioma, ubicación geográfica, competencia, plantear estrategias y demás, ¿cómo es que la evolución se ha estancado en la repetición?
Lo que nos toca a las nuevas generaciones de diseñadores sería investigar, leer, entender, aplicar, experimentar. (BIS)
La clave está en usar la tecnología cuando sea necesaria.
Teoría del SWITCH A.C.D.C
En vista de la repetición leída y ya que el antes y el después no importan tanto como el ahora, propongo un simple juego. Los resultados sin duda serán mucho mejores.
OFF para cuando necesitemos ser A.C. - Consta de provocar todo tipo de ejercicio manual y mental.
ON para cuando queramos ser D.C. - Consta de provocar todo aquello que nos ayude a producir técnicamente y mentalmente, ayudándonos de la computadora y sus softwares, apps, etcétera.
Nosotros creemos que el juego detona nuevas asociaciones mentales, por eso siempre lo hemos usado como elemento central del proceso creativo y desde el día uno lo practicamos a diario.
A veces carrilla, a veces apodos, a veces historias ficticias sobre nuestros vecinos, a veces dardos, a veces ping-pong y a veces futbolito. Una vez compramos una mini canasta de basquetbol y siempre hay una pelota rodando por ahí, pero quizás la mesa de futbolito es la mejor compra que hemos hecho desde que empezamos.
Nunca lo imaginamos, pero hoy vemos este juego como algo más importante que las computadoras, los muebles y la oficina, porque alrededor del futbolito nos reunimos, nos vemos a los ojos, nos retamos, nos peleamos y nos contentamos. En torno a este ‘deporte’, al menos una vez al día, nos esforzamos por ser mejores que el día anterior, gritamos, liberamos el estrés del trabajo cotidiano y cambiamos nuestro estado de ánimo de tal forma que cuando volvemos a ‘trabajar’ tenemos la cabeza más despejada y el corazón más alegre.
Desde que empezamos a jugar nos hemos vuelto mucho mejores, tenemos equipos con nombres oficiales, pleitos casados y reputaciones personales de mañas que son imborrables. Pero recientemente este juego evolucionó. Hace dos semanas compramos en El Péndulo una alcancía en forma de hombre lobo y con su llegada, se crearon nuevas reglas que han llevado el juego a otro nivel. Ahora tenemos nuevas motivaciones y premios (principios del gamification) que hemos llamado House Rules.
PIEEE!
por Joel "Fajado" Gutiérrez
En un partido intenso es común que la pelota salga volando. Cuando esto sucede y alguien la regresa al campo de juego con el pie, al equipo contrario se le resta un gol. Válido únicamente si la patada para meter el baloncito a la mesa va acompañada de un fuerte grito.
MACHUKONG
por Joel "Keynote" Gutiérrez
Para un efecto de curva y elevación, atrapa el balón con fuerza entre el jugador y la pared de la mesa. Si la pelota vuela hasta la portería contraria marcando gol sin tocar nada, el gol vale por dos. Los intentos de MACHUKONG son altamente valorados, pues cuando son fallidos pueden propiciar a un PIEEE!
BONU(S)*
por Joel "Nunca uso mezclilla" Gutiérrez
Afortunadamente el teléfono suena todo el día. Si a la mitad de una partida entra una llamada, el juego se detiene, la llamada se contesta y una vez que termina, dos personas que no estén jugando levantan la mesa y la mueven violentamente dificultando todas las acciones de los jugadores. El brusco movimiento termina con el primer gol, que vale por dos.
*La "s" no se pronuncia.
Estoy fascinado con esta nueva etapa, porque demuestra que la inventiva que jugó en el espontáneo diseño de estas reglas, le añadió al futbolito que ya conocíamos un grado de involucramiento radicalmente distinto, lo volvió más retador e inmersivo. Y me gusta tanto atestiguarlo como documentarlo, porque el mismo proceso se puede seguir en la comunicación de una marca y los esfuerzos que ésta hace por conectar con su mercado.
Durante años, los responsables de mercadotecnia y la agencias se rompen la cabeza tratando de encontrar formas de involucrar a las personas con sus productos y casi siempre el juego queda de lado porque “no es trabajo”. Convivir con un niño deja este principio muy claro: Las cosas más valiosas son chistes que llegaron demasiado lejos.
Pero para meterle dinero a uno de estos chistes y para dejarlo evolucionar hasta volverse algo que se pueda capitalizar, hace falta visión, paciencia y valor para ignorar las voces que dicen “no es serio”, “no es importante”, “no es de adultos”.
Próximamente seremos anfitriones de un torneo de futbolito en donde las reglas de la casa o House Rules, serán el diferenciador. La idea es reencontrarnos con clientes, proveedores y amigos para vernos otra vez a los ojos, retarnos, pelearnos y contentarnos alrededor de un baloncito de plástico de 3 centímetros de diámetro.
por Tito "Diseñador Legítimo" Mercado
Así ya no sólo nosotros, sinos todos, volveremos al ‘trabajo’ con la cabeza más despejada y el corazón más contento; pero además terminaremos con mejores amigos de los que teníamos antes de esta etapa.
Lo más bonito es que las reglas de la casa se pueden aplicar a cualquier ámbito de la vida, así que, ¿en dónde más modificarías la forma de hacer las cosas?
Nota de la Editora: Los logotipos de las nuevas reglas fueron hechos por Joel usando Keynote™ y no representan ni capacidad ni el estilo gráfico de YuJo! Creatividad Aplicada ®
Mi referente más cercano a un creador es mi abuelo Paco. Se retiró a los 50 años de la publicidad para dedicarse a pintar porque le dio la gana. Es por eso que es el mejor representante de este modus vivendi, que él mismo acuñó: el medalaganismo. Desde que tengo memoria, la imagen de él que me viene a la mente es él en su estudio --que huele a óleo, aceite de linaza y no sé qué de trementina-- con sus pinceles, sus cachetes y todo el color del mundo; o él sentado en el comedor comiendo pan y tomando vino tinto, exaltado, dándonos una cátedra sobre historia del arte.
Quise hablar de él porque el domingo va a ser su cumpleaños número 88 y creo que un buen homenaje es que más gente conozca su obra. Y como dicen, vale más una imagen que mil palabras. Así que ahí les van unas cuantas.
Ojalá les guste y emocione igual que a mí.
*cita de Francisco Morales Arriaga
N. de la E.: Conozca más obra en el Facebook del pintor