La noche de Año Viejo tuve que cachetearme a mí misma para aguantar hasta las 12:00 y poder desearles feliz año nuevo a mis amigos. Lo logré, durante 10 minutos, pero lo logré: brindé, di el abrazo y me esforcé en pensar en al menos un deseo para no dejar pasar la oportunidad de comer algunas uvas. Eso no lo logré, probablemente porque el 2018 fue un año tan raro que no me dio tiempo de crearme expectativas para el que venía.
Después me di cuenta que no todos los meses se tiene la oportunidad de empezar de cero y me dispuse a iniciar mi lista de propósitos:
Me voy a poner a dieta.
Ahora sí aprendo a andar en bicicleta.
Adiós a mi coquirri light…
Hasta que me di cuenta: ¡eran los mismos propósitos del año pasado!
Y del antepasado, y del de antes de ese… para qué me engañaba un año más, no los iba a cumplir.
Es por eso que mis propósitos del 2019 no se enfocaron solo en mí, sino en un mundo mejor para nosotras; mi mamá, mis hermanas, mis amigas, todas las mujeres que me rodean y también para las que no.
¿Le quieren entrar conmigo?
Apoyar a las mujeres con talento
Creo que aquí todos cojeamos de la misma pata. Sé que, en muchas ocasiones, los proyectos de mujeres no tienen las mismas oportunidades de exposición, y muchas otras veces ni siquiera sabemos que existen.
Escucha a más mujeres, lee a más mujeres, cómprale a más mujeres y si aparte tienes oportunidad de apoyarlas para ser más vistas, también hazlo.
Convivir con mis amigas al menos una vez al mes
Esto aplica para hombres y mujeres también. Muchas veces creemos que es más fácil relacionarnos con hombres pues “hay menos problemas” o “menos drama”, pero no es así, amigos*. Frecuenten más seguido a sus amigas y verán lo chido que es compartir ideas y opiniones desde diferentes puntos, nada tiene que ver el género.
Eliminar al menos una frase machista (al mes) de mi vocabulario
A todos nos pasa y no te hace una mala persona necesariamente. Hay muchas frases que escuchamos toda la vida que nos parecen de lo más normales, pero que no pasa nada tampoco si de una vez por todas vamos acabando con ellas, al menos en nuestro propio vocabulario.
Por ejemplo: “A las mujeres no hay que entenderlas, solo quererlas”. Gracias, amigos. Agradezco que me quieran, pero también agradecería si hicieran un esfuerzo en entenderme.
No juzgar
Criticar es fácil y a veces bien sabroso, pero no es sano para nadie, mucho menos para uno mismo. Recordemos que cada quien es libre de hacer lo que quiere, vestirse como quiere, estar como quiere y vivir como quiere.
Intervenir ante una injusticia
¿A tu vecina le está gritando o golpeando el esposo? ¿Viste cómo atacaron a una chica en la calle? Sé que da miedo intervenir, o es difícil evitar el pensamiento de “a mí qué me importa”, pero todos podríamos contribuir en crear espacios más seguros para todas.
Decir y aceptar un no
Hay tantos “no” que no se aceptan que no sé ni por dónde empezar. Desde el NO al invitar un trago en el bar, hasta el NO cuando preguntas si quieren tener hijos. Nunca pongas en duda un no de alguien más, es decisión de cada quien y a uno le toca aceptar.
Gracias, amigos. si van a unirse a estos propósitos. Si no quieren hacerlo, agradezco si no estorban. Recuerden que hay lugar para todos en el mundo y todos merecemos ser felices, aceptados y apoyados.
Comparto un playlist que me di la libertad de hacer con puras chicas, hay una canción por artista, si les gusta su propuesta síganla:
Aline Flores Nonaka
Instagram: @alinenonaka
Twitter: @alinenonaka
*Para más consejos sobre este tema, recomendamos el texto de Roxane Gay "How to be friends with another woman". N. de la E.
Published by: abril in Creatividad, Música, yujo!