Como Licenciada en Nutrición, me he percatado que la mayoría de las personas recurren a las dietas sin formar un hábito. ¿Cuántas veces no has hecho una dieta por determinado tiempo, o un reto de los que están tan de moda (licuados milagrosos, o de ejercicio y dieta, o dieta y aparatología y tantos otros que existen en el mercado) los cumples y al pasar las semanas regresas a lo mismo?
Nuestro fin como nutriólogos es educar a nuestros pacientes a formar un hábito. Por supuesto que éste requiere de compromiso, constancia, sacrificios, dedicación, pero al final de esto tendrás los mejores resultados, ya que no sólo verás beneficio a corto, sino a largo plazo en la salud. No sé si has escuchado la frase “eres lo que comes”, porque es real: como trates a tu cuerpo, es como va actuar en algunos años.
Es como cuando planeas un viaje y empiezas ahorrar; posiblemente tendrás que sacrificar alguna salida a cenar, o comprarte algo, pero al final de ese esfuerzo vas a obtener tu increíble viaje. Así es un hábito: requiere de trabajo al principio y luego se hace parte de tu día a día. O como tomarte un café cada mañana para despertar, debes tomarte el tiempo necesario para prepararlo para pasar por él a un lugar antes de llegar al trabajo.
Mientras tanto, una dieta tiene un plazo definido, y te dará alguna satisfacción por el momento. Después de esa ida a la playa, tu graduación, la boda, entre otros tantos eventos por los que acudimos a las dietas exprés, la botarás del mismo modo en que cortas una llamada que te ofrece cambiarte de compañía de celular.
Encuentra un experto en nutrición con el que puedas lograr un hábito alimenticio saludable y tendrás muchos beneficios —no solamente tú sino también las personas que te rodean—. Ten en cuenta que tendrás que ser paciente y que no habrá buenos resultados relámpago.
Sobre todo, y esto es lo más importante: quita de tu cabeza el chip de estoy a DIETA.
Andrea Rodríguez Bravo
Published by: abril in yujo!